
por Redacción
Este miércoles, el Gobierno de Javier Milei anunció una medida que marcará un precedente en la historia ferroviaria argentina: la privatización de la empresa estatal Belgrano Cargas y Logística S.A. Manuel Adorni, vocero presidencial, confirmó la decisión en una conferencia de prensa celebrada en la Casa Rosada, destacando que esta será la primera privatización de una empresa ferroviaria desde la llegada de Milei al poder.
La conferencia, originalmente programada para las 12 del día, experimentó tres reprogramaciones antes de que Adorni apareciera finalmente a las 13:13. En su discurso, subrayó que la privatización se llevará a cabo en virtud de la Ley de Bases, un marco legal que permite la transferencia de operaciones del estado al sector privado.
La empresa Belgrano Cargas, que gestiona aproximadamente 7.600 kilómetros de vías, se verá sometida a un proceso de concesión que mantendrá los rieles y tierras bajo propiedad del Estado Nacional. La supervisión del proceso de privatización recaerá en Diego Chaher, director de la Agencia de Transformación de Empresas Públicas, un organismo dependiente del Ministerio de Economía.
Chaher tomó la palabra tras Adorni y ofreció detalles sobre el nuevo esquema operativo del ferrocarril. “Hoy iniciamos el proceso de privatización de Belgrano Cargas y Logística S.A., lo que implica la concesión al sector privado. La empresa opera tres líneas ferroviarias, y para cada una de ellas implementaremos siete procesos de concesión diferenciados”, explicó Chaher. Este modelo permitirá que, por cada línea, se conceda la vía con derecho al cobro de peaje, lo que también incluirá el traspaso de los empleados afectados a la operación.
La decisión de privatizar Belgrano Cargas ha suscitado diversas reacciones en el ámbito político y económico. Mientras algunos celebran la iniciativa como un paso hacia la modernización y eficiencia del sector, otros expresan su preocupación por los efectos que esta medida podría tener en la estabilidad laboral y la calidad del servicio.
A medida que el Gobierno avanza en su agenda de reformas, la atención se centra ahora en cómo se desarrollará este proceso y cuáles serán sus repercusiones para el futuro del transporte ferroviario en Argentina.