Las negociaciones salariales de la UTA no avanzan: ¿Comó sigue?

La Unión Tranviarios Automotor (UTA) se reunió esta tarde con empresarios en una audiencia que buscaba resolver el aumento salarial para los choferes de colectivos. Sin embargo, las negociaciones fracasaron y se acordó retomar las conversaciones el próximo lunes 28 de octubre. En este contexto, el sindicato está considerando diversas opciones para llevar a cabo una medida de fuerza, pero ha decidido no unirse al paro de 24 horas programado para el miércoles, promovido por otros sectores del sindicalismo. Roberto Fernández, líder de la UTA, está evitando alinearse con las corrientes más radicales del movimiento sindical.

La UTA se encuentra actualmente en un período de conciliación obligatoria, lo que complica aún más la situación. La organización, conocida por su enfoque dialoguista, intenta evitar un enfrentamiento directo con el gobierno de Javier Milei, mientras que, al mismo tiempo, tiene una histórica rivalidad con los Moyano. Por esta razón, la cúpula del sindicato está sopesando acciones que van desde un paro general de colectivos el martes 29, día en que finaliza la conciliación, hasta marchas o protestas sin cobro de boletos durante 24 horas.

La principal demanda del sindicato es un aumento del 25% en el salario mensual de los choferes, que actualmente se sitúa en poco más de un millón de pesos, y que no ha recibido ajustes en los últimos tres meses. En una entrevista radial, Fernández mencionó que el salario actual, de 1.060.000 pesos, es insuficiente para los trabajadores, especialmente tras una reducción en las horas extras debido a la disminución de frecuencias en los servicios. "Es fundamental trabajar ocho horas con un salario adecuado", subrayó el líder sindical.

A pesar de su relación con la Mesa Nacional del Transporte, que incluye a varios sindicatos, la UTA decidió no participar en el plenario que ratificó el paro del 30 de octubre. En cambio, otros sindicatos como ATE y UTEP han planificado sus propias medidas de protesta, aumentando la tensión en el sector y dejando a la UTA en una posición complicada ante sus afiliados y el gobierno.