
por Redacción
Los pájaros cantan porque les gusta hacerlo?
Los pájaros cantan, por supuesto, para delimitar su territorio y durante los rituales de apareamiento. Sin embargo, hay algo más profundo que ha puesto en jaque las teorías tradicionales de la biología evolutiva y ha impulsado a los científicos a replantear sus creencias: los pájaros cantan porque les gusta hacerlo. Esta revelación proviene del trabajo del músico, filósofo y científico estadounidense David Rothenberg, quien ha dedicado una gran parte de su vida a estudiar el canto de los pájaros y las ballenas jorobadas. En su ensayo titulado “Por qué cantan los pájaros: Un viaje al misterio de la música de la naturaleza”, ofrece una nueva perspectiva sobre estas hermosas melodías.
Rothenberg lleva más de 20 años tocando su clarinete en compañía de pájaros, ballenas e insectos. Todo comenzo cuando un tordo de cresta blanca se unió a él mientras tocaba. “No sabía nada sobre este pájaro y me sorprendió. Lo que hicimos entre los dos era algún tipo de música”, recuerda. Este encuentro demuestra que el canto de los pájaros puede ser más que un simple acto funcional; puede ser una forma de comunicación artística.
Si el canto de los pájaros tuviera únicamente propósitos prácticos, no existirían especies capaces de dedicar hasta seis años a aprender una melodía. Esta observación emblemática de Rothenberg sugiere que las aves comparten un sentido estético que, a menudo, se ignora. Además, su análisis permite explorar cómo el canto puede estar relacionado con la creatividad y la belleza en la naturaleza.
Un ejemplo fascinante de esta estética en el mundo aviar son los ptilonorrínquidos australianos, que pasan meses creando elaboradas esculturas para atraer a las hembras. Estas manifestaciones artísticas ilustran el aprecio de las aves por la estética, mostrando que su canto es una forma de expresión personal y no solo un mecanismo de reproducción o defensa territorial.
A través de su investigación y experiencias, Rothenberg invita a las personas a redescubrir los sonidos de la naturaleza y a apreciar la riqueza sonora de los ecosistemas. Su enfoque va más allá de la mera observación; es una invitación a explorar la belleza que nos rodea. Al mismo tiempo, como filósofo, también promueve la reflexión sobre la tecnología y su impacto en nuestra percepción del arte. En un mundo que a menudo se siente pragmático y centrado en la función, resalta la importancia de la creatividad en todos los aspectos de nuestra existencia.
Así, el trabajo de Rothenberg se convierte en un poderoso recordatorio de que el canto de los pájaros no solo tiene un propósito, sino que celebra el placer de crear y disfrutar de la música.