
por Redacción
En un contexto marcado por la tensión política en Argentina, un video ha emergido mostrando a cuatro hombres armados amenazando a la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, y al gobernador de Santa Fe, Maximiliano Pullaro. La grabación, la cual ha suscitado controversia y desconfianza, está bajo análisis de la División Unidad de Investigación Antiterrorista de la Policía Federal Argentina (PFA). La jueza federal María Servini es la encargada de la causa, levantando interrogantes sobre la veracidad y el origen del material.
Los hombres en el video portan armas de guerra, como una ametralladora FMK3 y un FAL modelo Para, lo que ha alarmado a las autoridades. Sin embargo, lo que intriga a muchos es no solo el uso de estas armas, sino las amenazas vertidas en un contexto donde la inseguridad y la violencia se han convertido en temas centrales de la agenda política argentina. La voz del orador, que parece ser un joven, será analizada por expertos en biometría, aunque los investigadores expresan dudas sobre su identificación debido a la falta de muestras en la base de datos.
Los comentarios que se escuchan en el video son contundentes, señalando a Bullrich como responsable de la muerte de inocentes y prometiendo un aumento de la violencia en Buenos Aires. Esta narrativa ha despertado suspicacias entre analistas y ciudadanos, quienes ven similitudes con circunstancias previas sumamente discutidas, como el caso Maldonado, lo que genera un clima de desconfianza sobre la autenticidad del mensaje en medio de una campaña política polarizada.
Además, la vestimenta de los hombres, que incluye mamelucos blancos diseñados para ocultar su identidad, y el ambiente de grabación, que muestra un espacio austero y oscuro, han alimentado la teoría de que el video podría ser un montaje. La falta de claridad y las dudas sobre la autenticidad de las amenazas han llevado a muchos a cuestionar la intencionalidad detrás de este mensaje y cómo este incidente podría influir en la percepción pública sobre la seguridad en el país en un clima electoral cada vez más tenso.