14/03/2025 - Edición Nº183

Editoriales Casco

reindustrializacion en Argentina

La reindustrialización: clave para el desarrollo inclusivo y sostenible en Argentina.

04/12/2024 | La importancia de la industrialización y la cadena de valor en Argentina para mejorar el bienestar social y económico del país. Promover las industrias nacionales y resguardarlas con políticas proteccionistas es la clave para el desarrollo argentino.


por Eric Reinoso


En un mundo que redescubre la importancia de la industria como motor de crecimiento, Argentina enfrenta el desafío de recuperar su capacidad industrial y colocarla nuevamente en el centro de su estrategia de desarrollo económico. Figuras clave del peronismo, como el exsecretario de Comercio Guillermo Moreno, que lidera un renovado movimiento que promueve la reindustrialización del país. Inspirados por los logros de la denominada "década ganada" entre 2003 y 2013 proceso iniciado por el ex presidente Néstor Kirchner,  Moreno propone políticas que prioricen la industria nacional como medio para reducir la pobreza, generar empleo y fortalecer la economía. Este enfoque no solo busca replicar los éxitos pasados, sino que también responde a una tendencia global.

La industrialización ha sido históricamente un pilar del progreso económico. Desde la Revolución Industrial en Europa y Estados Unidos hasta el auge económico de Asia Oriental en la segunda mitad del siglo XX, los ejemplos abundan: cuando los países priorizan el desarrollo manufacturero, sus economías crecen y su sociedad avanza. En Argentina, durante la "década ganada", la industria local vivió una etapa de crecimiento sostenido que permitió crear empleos formales, fortalecer cadenas productivas y mejorar la calidad de vida de millones de personas. Este modelo demostró que apostar por la industria no solo genera riqueza, sino que también distribuye beneficios de manera equitativa.

Hoy, voces como la de Guillermo Moreno destacan que la reindustrialización no es solo un deseo político, sino una necesidad económica. La transición de trabajos informales hacia empleos formales y bien remunerados en el sector manufacturero es fundamental para aumentar la productividad y, con ella, los ingresos del país. Este proceso también mejora la eficiencia del sector agrícola, al liberar mano de obra y promover prácticas más avanzadas. En términos fiscales, una economía industrializada contribuye significativamente a la recaudación del Estado, generando recursos para invertir en educación, salud y otros servicios esenciales.

Pero los beneficios de la industria no terminan en el ámbito económico. La industrialización tiene efectos directos en el desarrollo social y ambiental. Los empleos manufacturados suelen ofrecer mejores condiciones laborales, como acceso a seguridad social, pensiones y licencias por enfermedad. Además, los niveles de cualificación requeridos en la industria promueven una mayor participación en la educación y la capacitación, lo que a su vez amplía las oportunidades para los jóvenes. Incluso indicadores como la mortalidad infantil y materna muestran mejoras en contextos donde la industrialización está en marcha, reforzando el impacto positivo que este sector puede tener en el bienestar general.

Un modelo probado de crecimiento inclusivo

Entre 2003 y 2013, iniciado de la mano de Néstor Kirchner Argentina experimentó un período de auge industrial que sentó las bases para un crecimiento inclusivo. Durante esos años, las políticas públicas fomentaron el fortalecimiento de las pequeñas y medianas empresas (pymes), el desarrollo de cadenas de valor y la promoción de la industria nacional. Estas medidas no solo generaron empleo, sino que también impulsaron la innovación tecnológica y aumentaron la competitividad del país.

Los resultados fueron tangibles: se redujeron las tasas de pobreza, se creó una base de empleo formal más amplia y se consolidó una economía más diversificada. Sin embargo, los avances logrados durante este período han perdido fuerza en los últimos años, lo que ha llevado a líderes como Moreno a exigir una vuelta a las políticas que alguna vez colocaron a la industria en el centro del desarrollo nacional.

El crecimiento manufacturero también tiene fuertes vínculos con otros sectores económicos, como los servicios, el transporte y el almacenamiento. Esto significa que cada empleo generado en la industria tiene un efecto multiplicador, creando nuevas oportunidades en sectores relacionados. Además, la industria manufacturera es el principal motor de innovación tecnológica, que luego se extiende a otros sectores, haciendo que toda la economía sea más productiva y competitiva.

La reindustrialización en el contexto global

A nivel internacional, la importancia de la industrialización ha sido reconocida como un factor clave para el desarrollo sostenible. Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030 incluyen metas específicas relacionadas con la industria, la innovación y la infraestructura. Estas metas no solo destacan la necesidad de promover el crecimiento económico, sino también de hacerlo de manera que beneficie a todos los sectores de la sociedad y proteja el medioambiente.

Argentina no es ajena a este desafío. Para avanzar hacia una reindustrialización efectiva, el país necesita un entorno favorable que contemple una infraestructura adecuada, acceso a mercados, un marco normativo que incentive la inversión y un capital humano bien capacitado. Estas condiciones no solo facilitarán el crecimiento económico, sino que también garantizarán que los beneficios se distribuyan de manera equitativa entre todos los argentinos.

Además, la industrialización moderna debe considerar los desafíos ambientales. Un modelo sostenible requiere el uso eficiente de los recursos, la promoción de tecnologías limpias y la adopción de prácticas que minimicen el impacto ambiental. Esto es esencial no solo para cumplir con compromisos internacionales, sino también para asegurar que el desarrollo económico no comprometa el bienestar de las futuras generaciones.

El llamado a la acción

El movimiento liderado por Guillermo Moreno y otros referentes del peronismo busca revitalizar el debate sobre la reindustrialización en Argentina. Para ellos, el desarrollo de una industria fuerte y competitiva es la única vía para construir un país más justo, con oportunidades para todos. Inspirados en los logros de la "década ganada", su propuesta se centra en recuperar políticas públicas que prioricen la producción local, protejan a las industrias nacionales y fomenten la innovación.

En un mundo donde los países más desarrollados están redoblando sus esfuerzos por fortalecer sus sectores industriales, Argentina no puede quedarse atrás. El regreso a una agenda industrial no es solo una oportunidad para reactivar la economía, sino también para construir un modelo de desarrollo que sea inclusivo, sostenible y resistente a las crisis globales.

La reindustrialización no es una utopía, sino una meta alcanzable que requiere voluntad política, planificación estratégica y un compromiso con el bienestar de todos los argentinos. Si el país logra aprovechar esta oportunidad, no solo podrá replicar los éxitos del pasado, sino también posicionarse como un ejemplo de desarrollo sostenible en la región y el mundo.

Temas de esta nota:

GUILLERMO MORENONéSTOR KIRCHNER