
por Redacción
Trump nombra a Claver-Carone como enviado especial para América Latina, sorprendiendo al gobierno de Milei
El anuncio del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, de nombrar a Mauricio Claver-Carone como su enviado especial para América Latina ha dejado atónito al gobierno argentino dirigido por Javier Milei. Esta decisión despierta inquietud en la administración de Milei, que ve en Claver-Carone a un crítico de peso, no solo por su legado en el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), donde fue despedido por un escándalo ético, sino también por su abierta oposición a la gestión económica actual en Argentina. La presencia de Claver-Carone en este cargo podría introducir tensiones considerables en la relación bilateral, especialmente en un contexto ya complicado por la enemistad entre él y Guillermo Francos, el jefe de Gabinete argentino.
Claver-Carone ha sido un duro crítico de las políticas económicas del gobierno de Milei. Ha señalado en repetidas ocasiones que el ministro de Economía, Luis Caputo, representa “más de lo mismo” al haber formado parte de la gestión pasada durante la presidencia de Mauricio Macri, a quien también ha acusado de administrar mal los fondos del país. En sus declaraciones, Claver-Carone ha advertido que no se han aprendido lecciones del pasado, sugiriendo que las mismas prácticas que llevaron a la fuga de capitales se repiten en la actualidad. Esta crítica directa a Caputo y al legado de Macri agrega un nivel de incomodidad que el gobierno de Milei deberá manejar con cautela.
El nombramiento de Claver-Carone no solo pone en jaque la relación entre Argentina y Estados Unidos, sino que también destaca la fricción entre el propio equipo de Milei. Francos, un aliado cercano del presidente, ha mantenido una relación tirante con Claver-Carone, quien lo ha acusado de ser parte de “la casta política” que tanto crítica Milei. La enemistad entre ambos viene desde el escándalo que precipitaría la salida de Claver-Carone del BID, un hecho que resuena en el contexto actual. El silencio del gobierno argentino tras el anuncio de Trump refleja una preocupación genuina por cómo estos lazos personales podrían impactar en las negociaciones y en la estabilidad de su administración.
La misión de Claver-Carone, definida por Trump como la de “restablecer el orden” en América Latina, añade un nivel de urgencia a la situación. Dicha tarea lo coloca en una posición donde podría influir en la política económica y de seguridad de la región, complicando aún más la defensa de políticas que Milei trató de poner en marcha. La relación entre ambos países podría enfrentar desafíos significativos si el nuevo enviado decide aprovechar su posición para criticar o contrarrestar las decisiones del gobierno argentino, especialmente en un momento en que Milei busca reforzar sus políticas y negociar con el Fondo Monetario Internacional.