
por Redacción
El gobierno enfrenta un momento crítico tras vetar la ley de Financiamiento Universitario, lo que ha acelerado las negociaciones con bloques opositores. Con la presión de la UCR, Encuentro Federal, la Coalición Cívica y otros partidos provinciales para sesionar el próximo miércoles, el oficialismo se encuentra en la difícil tarea de reunir los apoyos necesarios en un Congreso donde la mayoría de los partidos se han manifestado en contra. El desafío central ahora es convencer a PRO de que respalde el veto presidencial o, al menos, que una parte significativa de sus legisladores se ausente, lo que facilitaría alcanzar los dos tercios de los votos necesarios.
La mañana del jueves comenzó con alta tensión en la Casa Rosada. Luego de que el veto fuera oficializado y tras una multitudinaria marcha en defensa de la educación pública, las discusiones dentro del Gobierno se intensificaron. Sin embargo, el tema central no fue abordado en la reunión de Gabinete encabezada por el presidente Milei. Además, la notable ausencia de Sandra Pettovello, ministra de Capital Humano y clave en el conflicto educativo, generó especulaciones. Pettovello, cercana al presidente, ha evitado asistir a reuniones desde que su enfrentamiento con Santiago Caputo, quien sí estuvo presente, escaló dentro del Ejecutivo.
Mientras tanto, en otros sectores del gobierno, la maquinaria política no se detuvo. Martín Menem, presidente de la Cámara de Diputados, se reunió temprano con su primo y asesor de Karina Milei para alinear estrategias antes de una serie de encuentros con líderes de las distintas fuerzas políticas del Congreso. Por otro lado, Lisandro Catalán, vicejefe de Gabinete del Interior, se reunió con Cristian Ritondo, jefe del bloque de PRO, en un intento de asegurar algún tipo de apoyo o neutralidad de esa fuerza en la próxima sesión clave.
En medio de este escenario incierto, el Gobierno sabe que la clave para salir bien parado del conflicto con la ley de financiamiento está en lograr acuerdos que le permitan superar la falta de respaldo en el Congreso. Las negociaciones contrarreloj marcan el ritmo de los próximos días, en los que se definirá el futuro de una ley que ha polarizado a la sociedad y generado intensos debates sobre el futuro de la educación pública en el país.