
por Redacción
El reciente anuncio del gobierno de Javier Milei establece la disolución de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), dando lugar a la nueva Agencia Nacional de Recaudación y Control Aduanero (ARCA). Esta reestructuración tiene como objetivo rediseñar el sistema de recaudación impositiva en Argentina y optimizar la gestión de los recursos humanos.
La creación de la ARCA estará acompañada por una reubicación aproximada de 3.100 empleados que formaban parte del anterior gobierno, lo que generará un ahorro presupuestario estimado en $6.400 millones al año. Manuel Adorni, portavoz del gobierno, destacó la eliminación de “excentricidades” en la burocracia estatal, asegurando que con estas medidas se pretende ofrecer "un Estado más eficiente y menos voraz". Como parte de esta reestructuración, se nombrarán nuevos directores en la Aduana y la Dirección General Impositiva (DGI), quienes percibirán salarios equiparables a los ministros del gabinete nacional.
Andrés Edgardo Vázquez será el encargado de dirigir la DGI. Con más de 30 años de experiencia, su trayectoria incluye destacados logros en la fiscalización de grandes contribuyentes y en inteligencia fiscal. Su formación académica en Administración y Contabilidad, combinada con capacitaciones en el extranjero, lo posicionan como un líder apto para enfrentar los retos en la recaudación de impuestos en un contexto donde la evasión fiscal es un problema crítico.
Por su parte, José Andrés Velis asumirá el liderazgo de la Aduana. Con una carrera que abarca más de tres décadas, su experiencia técnica fue fundamental en la implementación del sistema informático de control aduanero que ha modernizado el proceso. Velis también ha estado al frente de innovaciones que han permitido una trazabilidad completa de las mercancías, mejorando la transparencia en las operaciones.
El anuncio también incluye una reestructuración significativa de la burocracia: se prevé una disminución del 45% en las autoridades superiores, lo que podrá simplificar la gestión. Esta reforma busca mejorar la capacidad del gobierno para responder de manera más ágil a las demandas del sistema tributario y aduanero, aspectos esenciales en el análisis de políticas públicas.
La disolución de la AFIP y la creación de ARCA son parte de un enfoque más amplio del gobierno de Milei hacia un modelo de liberalismo económico. Según Adorni, “lo que es de cada argentino es suyo y de nadie más”, destacando la necesidad de reducir la intervención burocrática en la vida de los ciudadanos. En este nuevo paradigma, el objetivo es que el Estado actúe como un facilitador más que como un regulador restrictivo.
Con la disolución de la AFIP, el gobierno argentino busca sentar las bases de un nuevo enfoque en la recaudación de impuestos que fomente la transparencia y eficiencia. Se espera que estas acciones tengan un impacto duradero en la administración de recursos públicos y en la percepción de los contribuyentes sobre la justicia fiscal. Así, el país se embarca en una nueva era que, según se prevé, permitirá una mayor autonomía de los ciudadanos en la gestión de sus patrimonios, ofreciendo un desafío significativo para el futuro económico de Argentina.